Luca Belcastro
¿Fondo imaginario?: Una historia chilena
Aventuras y desventuras de una flor - COPIU
Santiago de Chile
martes, 10 de noviembre de 2009
De regreso de México, donde participé con una clase magistral al interesante Magno Festival de Composición, organizado en Puebla por los estudiantes de la Escuela de Artes de la BUAP, un grupo que trabaja junto, con energía, con compromiso, con alegría, que logra realizar actividades importantes y que es un modelo y un ejemplo...
De regreso a Chile, después de conocer personalmente, en la misma ciudad de Puebla, y dialogar con los Quilapayun, chilenos en Francia, de emocionarme en escuchar en conciertos canciones que fueron parte importante de la banda sonora de mi vida, ya desde adolecente...
Entonces, empiezo a escribir respecto a mis experiencias durante las actividades de "Germina.Cciones... - primaveras latinoamericanas", hechos reales, recuerdos, opiniones, sobretodo criticas, cosas que no comparto... en general, evitaré ser yo él que destaque las cosas positivas, excepto las que creo que merecen ser evidenciadas. Todo para comunicar más directamente y claramente lo que pasa.
Como escuché y escucho voces sin fundamento y sin claridad, de parte de personas que desconocen la real situación, quisiera contar lo que pasó durante la realización de Copiu 2009, el curso que se está realizando en Santiago de Chile en el marco del proyecto internacional "Germina.Cciones... - primaveras latinoamericanas".
Copiu 2009
Después de la primera edición del Curso Copiu (copihue en mapudungun), organizado en Santiago de Chile en el 2008 por la periodista Milena Bahamonde y yo, con gran esfuerzo y entusiasmo, con idealismo e impulsos utópicos, con generosidad y altruismo...
Después de abrir en Chile, como en otros paises latinoamericanos, espacios de diálogo e interrelación, contactando compositores e intérpretes, presentando más de 40 charlas y seminarios de distintos músicos y artistas, en su gran mayoría académicos de las universidades que colaboraron, los cuales expusieron sus trabajos y actividades profesionales, relacionándose con los participantes del Curso y el público asistente...
Después de compartir nuevas partituras en conciertos, contando con la voluntad, experiencia y cálida disponibilidad de los integrantes del Copiuensamble, agrupación creada para la ocasión con profesores de la Universidad de Chile y otros músicos en carrera profesional...
Después de esta primera edición, que se realizó, como obra progresiva, en los espacios que las universidades y los centros culturales facilitaron, pero sin dinero en efectivo o, mejor dicho, con un conspicuo aporte voluntario de los dos "organizadores"...
Después que el director del Departamento de Música de la Universidad de Chile de ese entonces y el director artistico del Festival Internacional de Música Contemporánea, donde se presentaban 3 de las 13 nuevas partituras creadas y estrenadas durante el curso, proclamaban en los discursos oficiales durante los conciertos de enero 2009 en la Sala Isidora Zegers que Copiu era una importante actividad del Departamento de Música y un hito del Festival...
Después de todo esto, de las numerosas demonstraciones de agrado de los participantes y de las constantes peticiones de repetir la hermosa experiencia, fue inevitable averiguar las posibilidades para presentar de nuevo el proyecto.
Ya en muchas otras ocasiones hablé de lo que me motivó a empezar en el 2007 esta vuelta en los paises latinoamericanos. Es sabido que no cuento con auspicios ni aportes de ninguna institución a mi persona, todo lo que hago es el fruto de una gran voluntad personal, de poner a disposición mis conocimientos y energía, de la conciencia, la responsabilidad y del gusto que encuentro en este momento de mi vida en crear oportunidades para los otros y ocasiones de diálogo. Por esta falta de respaldo economico, no era posible repetir Copiu otra vez sin fondos, no para mi, sino por la responsabilidad creciente hacia las personas que involucro en la gestión del proyecto en los distintos paises. Personas que sí puedo motivar, pero no obligar a seguir ciegamente mis ideales. Además por respeto al profesionalismo de los músicos, integrantes del Copiuensamble, que ensayan y presentan en conciertos las nuevas partituras, por la producción y para la difusión de las actividades.
Por eso, después de una larga serie de reuniones, se firmaron cartas de compromisos de aportes de varias universidades, institutos y centros culturales, que ponian a disposición infraestructuras, pero nada de dinero en efectivo. Por eso, se decidió que una oportunidad válida era postular al Fondo de la Música del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes del Gobierno de Chile, para poder repetir la experiencia que tanto interés y energía produjo el año anterior.
Se presentó el proyecto, redactado, articulado y creado por "Germina.Cciones..." a través de la Universidad de Chile. Aporté con mis ideas y además con mis gastos personales, mis pasajes, mis honorarios (cotizados en 5 millones de pesos), y lo hice por la presencia de los compromisos de las universidades, que parecían pertimir la repetición de las actividades con equilibrio, de seguir cultivando y regando esta flor chilena.
Preparar la postulación fue un trabajo muy largo, de parte sobretodo de Milena, muy serio, preciso, sistemático. Se juntaron cartas de compromiso, documentos, cotizaciones para un total de 240 páginas más la documentación en anexo, cuantificando el proyecto en 30 millones de pesos, de los cuales 10 se pedían al Fondo... y se ganó, como proyecto de excelencia. La noticia llegó en agosto, en el primer día de actividades, o sea Copiu ya se estaba realizando lo mismo con o sin la seguridad de poder disponer de este dinero, pero confiando en los compromisos adquiridos con las universidades, que no estaban subordinados a ganar o no el Fondo.
¿Qué pasó?
Al momento de firmar el convenio entre la Universidad de Chile y el Consejo de Cultura para poder recibir el dinero, se "descubre" que dos proyectos anteriores de la misma Universidad todavía no rendían sus actividades. Eso impidió la firma y así la posibilidad de recibir los fondos. Al momento de postular la Universidad debió haber sabido la situación de estos proyectos, como, por otro lado, quizás el Consejo no debió aceptar la postulación por inadmisibilidad de la Universidad. Esta situación, en la cual no se podía individualizar una real responsabilidad, contribuía a dificultar la solución.
La Universidad nos comunicó que "lamentablemente", casi cerrando rapidamente el asunto, los fondos no podían llegar. Milena se informó, tocó puertas, buscó los responsables de los proyectos anteriores, insistió hasta que a través de la Universidad se obtuvo que el Consejo definiera una fecha límite para la entrega del material faltante. Dentro de esta fecha llegó todo, excepto una carta de certificación del pago de los impuestos relativos al mes anterior. Otra fecha límite al 8 de octubre, viernes, antes del feriado lunes 12. La carta llega el martes 13, primer día habil después de la fecha límite, pero con retrazo, justificado por los procedimientos internos de la Universidad, que entrega el documento en este plazo. Nos comunicaron otra vez que los fondos no llegarán, todo parecía sin solución.
Ya estábamos en plena segunda fase del Curso Copiu, que seguía realizandose sin dinero, o, mejor, con mi dinero. Esto influenció la posibilidad de una difusión adecuada, la participación del público, dando la impresión de una mala organización. Algunos acusaban y se lamentaban, poniendo en circulación voces sin fundamento y con desconocimiento de la situación real.
A este punto Milena y yo, a título personal, fuimos al Consejo de la Música a pedir, preguntar, explicar, insistir, hasta lograr definir una cita con el secretario executivo.
Durante esta reunión se llegó a una apertura de las posibilidades e finalmente, pero sin fluidez y siempre vinculandose a temas de proyectos anteriores, a la decisión de poder firmar el convenio.
¿Y ahora?
Ya la segunda fase de Copiu está concluida y todavía la "burocracia" no permite la llegada del dinero. La semana pasada una nueva comunicación del Consejo advirtió que aún faltaría otro papel de la Universidad. Si todo este carusel terminará, el dinero llegará después de los conciertos finales del Curso, donde se estrenarán veinte nuevas partituras (casi treinta con las del taller Jacarandá de Valparaíso), con más de 70 músicos involucrados y con un esfuerzo organizativo que ni se puede imaginar.
Eso significa que todo se hizo sin este Fondo, además que Milena no cobró un peso oficial por su inmenso trabajo.
Las preguntas son: "¿Qué pasará con este Fondo?", "¿Quién va a pagar a los músicos, la producción y la organización?". Me comprometo a informar de todas las novedades, sí bien no debería ser mi responsabilidad aclarar la situación, si no de la institución responsable en la demora de todo esto.
Para concluir destaco que cuando se gana un proyecto de excelencia con estas caracteristicas de naturaleza transversal, multinstitucional, internacional, que apoya los jovenes, la creación, la formación, el diálogo, la relacion entre las artes, abre espacios y además gratuito para los partiipantes, esto pasa a constituir un importante antecedente curricular de la institución que lo presente para sus próximas postulaciones.
¿Y el futuro?
Para no perder todos los esfuerzos y permitir seguir realizando Copiu, evitando lo que pasó este año, la única real posibilidad y urgencia era presentar, dentro del 9 de octubre, al Fondo de la Música un nuevo proyecto para el 2010.
Se pidió el Departamento de Música de la Universidad de Chile si podía contribuir otra vez a la realización, como ya confirmaron las otras instituciones involucradas. Recuerdo que uno de los objetivos de "Germina.Cciones..." es poner en contacto instituciones y músicos, también de otros paises latinoamericanos. Este año participaron de Argentina, Bolivia, Ecuador y México.
Además destaco que la Universidad de Chile este año participó solo poniendo a disposición la sala 801 B (9 días), con una amplificación básica y una grabación parcial de las actividades, y el departamento de un ambiente, donde se hospedaron los participantes extranjeros durante los días del curso... nada más.
Todos los otros compromisos de la Universidad de Chile se convirtieron en aportes de "Germina.Cciones...".
Dos días hábiles antes de la fecha límite para la presentación del proyecto al Fondo 2010, el Consejo Académico del Departamento de Música, formado, parece, por 11 profesores, al fin se reunió para definir la posición al respecto de Copiu. En esta reunión del Consejo no estuvo presente un representante de "Germina.Cciones...", que pudiera presentar la actividad, ni se le invitó. De estos profesores, algunos jamás se relacionaron con el proyecto o asistieron a las actividades. Destaco que siempre, en todas las comunicaciones, la prensa, las páginas web, la difusión y los impresos, apareció el logotipo de la Univercidad de Chile y de las otras instituciones colaboradoras, como de todos los charlistas, músicos y artistas que participaron de las actividades.
Por lo que pude saber extraoficialmente, ahi se decidió, 7 contra 4, de no apoyar la postulación de Copiu. Escucho voces de pasillo muy tristes y todavía espero el honor de recibir una comunicación oficial de la Universidad con las motivaciones.
El compromiso de "Germina.Cciones..." para solucionar el problema de los proyectos anteriores, finalmente permitió también que el Departamento de Música pudiera postular nuevamente al Fondo sin ser "inadmisible". Así probablemente el Festival, organizado por el mismo Departamento, se ganará su Fondo, después que ya una vez mi presencia como extranjero, pagándome mis pasajes y gastos, había solucionado un grave problema y aportado a la realización de la edición 2008 del Festival... la memoria tiene piernas cortas.
Copiu 2010
Mientras en los otros países latinoamericanos todas las actividades del proyecto "Germina.Cciones..." siguen con energía, con buenas perspectivas, aseguro que también las actividades en Chile (Copiu, Jacarandá, Festival Prismas) seguirán. Sin Departamento de Música, pero con la Dirección de Extensión de la Universidad de Chile y con las otras universidades e institutos que han duplicados sus apoyos.
Es particular que un proyecto así no se le ocurrió a un académico de la Universidad, sino a un simple compositor extranjero de paso por Chile.
Espero que el Departamento de Música logre hacer en el futuro lo que le competiría y que Copiu propuso e hizo. Crear posibilidades para que los estudiantes puedan dialogar, experimentar, relacionarse, también con pares de otras casas de estudios, con otras visiones, con historias distintas. El diálogo, el debate es riqueza, enseña a escuchar y a valorar y apreciar las diversidades.
Espero que los estudiantes de la Universidad de Chile puedan tener la posibilidad de escuchar a un nivel profesional las partituras que escriben, relacionarse con los intérpretes, con el propio proceso compositivo, con la necesidad de crear un público. Todas problematicas que se enfrentaron durante las actividades de Copiu, durante el cual algunos estudiantes al terminar de sus estudios pudieron finalmente encontrar la ocasión de escuchar por primera vez en su vida sus obras, oportunidad que la Universidad no ha logrado crear antes.
Entonces, no obstante todo esto, ya estamos preparando la próxima edición. Esperamos los que puedan aportar con su compromiso, un compromiso real, y su ayuda y voluntad operativa.
El arte no es competencia, si no una oportunidad para compartir y encontrar un camino propio y original.
COPIU vive... ¡Qué viva COPIU!
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